Tal dia como hoy os traigo otro texto,
esta vez escrito en un ratito en clase de informatica.
Espero que os guste.
Había una vez una princesa. Esta
princesa no tenia ningún don en particular. A ningún principe
vecino le llamó la atención y ella pensaba que nunca pasaría. Pero
un día visitó un reino al otro lado del mar. Allí, la princesa
conoció a un joven principe. Aquel principe era un joven esvelto,
con una gran cabellera blanca. Pero lo que mas le llamó la atención
fueron sus preciosos ojos azules Ella, por primera vez sintió algo
que nunca había sentido: Vergüenza. Decidió vencer ese miedo y
empezó a hablar con el. Al cabo de un tiempo se convirtieron en
mejores amigos. Los dos habían crecido y la princesa empezó a
sentir un sentimiento desconocido. Su corazón latía muy fuerte y
sus sonrosadas mejillas se volvían de un color rojo, igual que las
cerezas al madurar. Al sentirse así decidió contarselo a su mejor
amigo. Su amigo, al saber de que se trataba decidió ocultarle la
verdad. Le dijo que no se preocupara, que no era nada. La princesa,
que algo de inteligencia tenia empezó a investigar. Al saber lo que
era fue corriendo a su amigo. Enfadada le preguntó porque lo había
hecho y el, afligido le contestó: Cuando la gente se enamora y no es
correspondido algunas veces es mejor esconder en el sentimiento en el
fondo de tu corazón. La princesa, sorprendida y al mismo tiempo
dolida dijo: No querías verme sufrir verdad?
Él le contestó cabizbajo: Si. Eres
una de mis mejores amigas y no me gusta verte triste. Así que hazme
caso. Olvidate de esos sentimientos y sonríe. Sonríe como siempre
lo has hecho. La princesa, por amor a su mejor amigo decidió olvidar
esos sentimientos y seguir como si nada hubiera pasado. Como si esos
sentimientos no existieran. Pero de vez en cuando esos sentimientos
salen y la princesa debe refugiarse para que nadie sepa de su
existencia.
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